Gran Hermano 2.0

Hace 10 años se estrenaba en nuestro país "The Truman Show", y comenzaba la locura de los realities. El filme retrataba la vida de un personaje atrapado en un gigantezco estudio de televisión; un microcosmos habitado por extras en donde él era el único que no estaba al tanto del engaño, y todo el mundo lo miraba por TV. Esta modalidad no tardó en llegar a la televisión argentina, creo que primero con El Bar, y luego con las nefastas ediciones del internacional Gran Hermano. El voyeurismo inherente al ser humano hizo de lo impensado un éxito increíble. Un programa de televisión, sin actores, sin director, y sin guión (si nos manejamos en el plano de lo teórico, no?) . Recuerdo que El Bar, que creo que se transmitía por América TV, emitía en esa señal en continuado durante toda la noche, donde se iban ponchando las distintas cámaras. A veces los participantes se quedaban charlando hasta bien entrada la madrugada, otras veces las cámaras simplemente registraban su sueño, pero Franky más de una vez se quedó pegado a la pantalla viendo esa locura nueva, entre curioso y entretenido, entre temeroso y sin nada mejor que hacer, aquejado por el insomnio adolescente que lo supo acompañar durante sus últimos años de secundaria.

Siguiendo esta línea, se crearon muchísimos formatos más de este estilo y, como era de esperar, el recurso llegó a la internet que todo lo fagocita.

El sitio se llama Justin.TV, y fue fundado hace unos años por Justin Kan. Cuando empezó, tenía un sólo canal donde se transmitía un poco en vivo, y luego fue creciendo hasta tener cientos de usuarios que transmiten, sino las 24 horas, gran parte del día y de sus vidas. Desde niños de 13 años (hay que ser mayor de 13) hasta el abuelo más moderno del mundo, podemos entrar al sitio a cualquier hora y encontrar cientas de personas dispuestas a mostrarse al mundo en vivo. Mediante una interfaz bastante fácil de utilizar, justin.TV es otra nueva herramienta de la Web 2.0 que pone la infinidad de recursos de internet al alcance de cualquiera, sin requerimientos técnicos ni gran producción ni costos.

El fenómeno, conocido como lifecasting, ya tiene millones de seguidores, y forma una parte esencial de la vida de más de uno, que no sólo se filma tomando mate o viendo la tele en su casa, sino que llevan webcams portátiles con conexión 3G y transmiten hasta cuándo van al súper o al dentista.

Interesante y curioso para hacer un poco de zapping por la vida misma. También uno puede registrarse y chatear, para conocer un poco a los protagonistas. Todavía no encontré un lifecaster argentino, estaría bueno y no creo que falte mucho para que aparezca. ¿No?

Justin.TV, acá.